Lo que apenas se dice sobre el aborto

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Publicado en el diario Las Provincias. Domingo, 25 octubre 2009.

Lo que apenas se dice sobre el aborto
Arturo Sancho Rodríguez. Notario.

Últimamente se ha hablado mucho del aborto, pero casi siempre, sobre todo mediáticamente, con una mirada bastante superficial. Sería conveniente que al tratar el aborto se abordaran algunas cuestiones que, por causas que ahora no merece la pena discutir, muy pocas veces se señalan. Dejo a un lado, pues, el punto de vista estrictamente jurídico, donde modestamente creo que es incuestionable la necesaria protección del ‘nasciturus’, tanto constitucional (artículo 15 CE), como civilmente, especialmente en el ámbito sucesorio. Quiero referirme a otros aspectos. Se echa en falta, tanto en los medios de comunicación como en el Gobierno del Estado, un verdadero interés en medidas reales dirigidas a ayudar a la mujer que ha abortado, que en la mayor parte de los casos soporta penosa y silenciosamente este calvario, y medidas tendentes a ayudar a la mujer embarazada, económicamente, donde es cierto que ya se hace algo, y con una regulación algo más ágil y flexible en la adopción.

Es en estas medidas donde se encontraría, me atrevería a pronosticar, un grandísimo consenso social, más allá de estúpidos e inútiles debates ideológicos. En España se han producido cientos de miles de abortos. Es fácilmente deducible que la mujer que ha abortado está mucho más cercana a nosotros de lo que creemos. Por eso parece inaplazable una mayor ayuda social, gubernamental y sanitaria a la mujer que lo ha padecido, que suele vivir sin contar a nadie su situación. ¿Cuántas veces se ha hablado en los medios de comunicación del efecto postaborto? ¿A quién interesa y por qué interesa tanto que no se hable de esto?

Por paradójico que pueda parecer, parte de la solución se encuentra en las mujeres que han tenido un aborto: sacar a la luz su experiencia, por dolorosa que haya sido, supondría una ayuda para mujeres embarazadas en situación de riesgo y las ayudaría a ellas mismas a superar su dolor. Finalmente, y aunque pueda resultar políticamente incorrecto, me gustaría preguntar a todos aquellos que defienden con tanta fuerza a la mujer maltratada y la igualdad de derechos, lo cual no sólo no critico sino que incluso comparto: ¿hay alguna forma de violencia contra el cuerpo de la mujer más vil y abyecta que un aborto?
Una sociedad que acepta y permite el aborto es insostenible desde cualquier punto de vista. Aún hay tiempo para dejar de mirar para otro lado y ayudar a que otros dejen de hacerlo.