Publicado en diario Las Provincias. Domingo, 14 octubre 2012.
¿Nos beneficiaría la inyección masiva de euros?
Por Tomás Lorente
Sorprende ver la multitud de calificativos que ha recibido el Banco Central Europeo (BCE) en los últimos meses. Desde distintos ámbitos le han llamado malvado, insolidario e, incluso, clandestino. La mayoría de políticos, de cualquier partido, y banqueros coinciden en una petición: el BCE debe comprar bonos de deuda española. Posiblemente tengan razón y, sin embargo, hasta ahora la institución europea se ha mantenido firme en la posición contraria. Es lógico que en momentos de extrema dificultad o de colapso del sistema el BCE deba intervenir. Ahora bien, acostumbrarnos a dichas intervenciones pasa factura al bolsillo de todos y se necesita aclarar las consecuencias que ello conlleva.
Las inyecciones de liquidez y compra de bonos por parte de un banco central se hacen con dinero creado con un teclado de un ordenador y un apunte contable en el balance del banco. Puede parecer que sea un regalo, que se crea de la nada pero, en realidad, sale de la cartera de cada ciudadano. La confusión sobre este aspecto es cada vez mayor y por eso conviene recordar los efectos nocivos de este tipo de intervenciones.
1. El efecto más inmediato es la depreciación. Los euros que tenga en la cartera seguirán teniendo el mismo aspecto físico pero valdrán menos que el día anterior a la inyección del banco central. Al haber aumentado el dinero existente un euro valdrá menos que antes, ya que representa una menor proporción del total de la masa monetaria. Cuanto más masiva sea esa inyección más se ha empobrecido usted.
2. Aumento de la inflación y menor poder adquisitivo. Tras el paso de unas semanas después de la intervención los precios de los bienes, no todos ni en la misma proporción, suben. Simplificando al máximo, si el menú del bar de enfrente costaba 8€ después costará 10€.
3. El porcentaje de impuestos pagados se incrementa. Si antes pagaba el IVA correspondiente a los 8€ que costaba el menú ahora lo pagará sobre los 10€, lo que se traduce en más impuestos.
¿Y qué ocurre a nivel global? Todo efecto económico a nivel particular influye a nivel global y viceversa. Los aciertos y los fracasos financieros se trasladan de tal manera que las resacas de una fiesta monetaria continúan así:
4. Mayor deuda acumulada. A los gobiernos de las naciones, al ver la facilidad de conseguir dinero con este método, se les incentiva a endeudarse cada vez más y en pensar que ya lo pagarán otros dentro de unas décadas. El resultado es que el stock de deuda pública aumenta con el paso de los años.
5. Expansión de los precios de alimentos y petróleo. En otras ocasiones, debido al aumento de la cantidad de dinero en circulación, las burbujas han sido inmobiliarias. En la actualidad, en un mundo globalizado en el que se tiene acceso a la compraventa de petróleo, materias primas y alimentos, las expansiones monetarias de los bancos centrales provocan que haya un exceso de liquidez. Dicha liquidez o dinero ocioso se invierte en bienes básicos con la consecuencia del encarecimiento del petróleo y los alimentos. Y vuelta de nuevo al punto 2.
6. El sector privado, empresas y particulares, soporta mayores tipos de interés y dificultad en el acceso al crédito. Con la compra de bonos por parte de la institución europea se obtiene una disminución del pago de intereses por parte del sector público. Sin embargo, se expulsa al sector privado, ya que el dinero que podría ir a financiar empresas eficientes y generadoras de empleo acaba destinándose a la financiación de administraciones públicas.
Cuestión distinta sería si el BCE cumple lo que ha propuesto y, realmente, entra en acción con intervenciones esterilizadas. Esterilizar consiste en crear dinero por una parte pero destruir la misma cantidad por otra vía en donde no se necesite tanta liquidez. Inyectar y drenar en el sistema financiero en la misma cuantía. En ese caso, todo lo anteriormente escrito no ocurriría ya que los seis efectos descritos quedarían neutralizados. El problema de esta solución es que únicamente pueda venir a través de la petición de rescate.
En definitiva, basta con observar el pasado mes de septiembre para comprobar hasta qué nivel está intervenida la economía. Tanto EEUU como Japón han decidido empezar el otoño con intervenciones no esterilizadas en la economía a través de sus bancos centrales. El primero con una cantidad de 40.000 millones de dólares cada mes sin fecha límite de vencimiento y el segundo suministrando 10 billones de yenes, que equivalen a 97.000 millones de €. El BCE también lo ha hecho en otras ocasiones extremas, pero no de manera habitual. Entonces, ¿tiene sentido que reclamemos que el BCE acostumbre a hacer lo mismo? ¿Preferimos que el BCE también tome ese camino o es más conveniente que permanezca firme?