Sophia Aguirre
Profesora de Economía, Catholic University (Washington DC)
Durante el congreso sobre la familia organizado en la Universidad Internacional de Cataluña, UIC, alguien contó de una familia en Estados Unidos que tenía 18 hijos. La madre los educaba en casa y el padre decidió reorientar su trabajo, para tenerlo ahí mismo. Total, una casa con veinte personal, escuela y negocio… ¡todo en uno! Y esto, dicen, es cada vez más común en ese país. De hecho, ahí el futuro de la demografía es más halagüeño que el de Europa. Por lo menos, es lo que se deduce del documental Demographic winter: the decline of the human family (El invierno demográfico: el declive de la familia humana). En él, Sophia, de origen argentino, afincada en Estados Unidos, ha participado activamente. “En Europa, dice, hoy no existe el relevo generacional para mantener el futuro”. El índice está en 1,3 hijos por mujer, muy por debajo del 2,1 necesario para que exista tal relevo; y se estima que para el 2030, el viejo continente tendrá un déficit de 20 millones de trabajadores.
Sí, bien el documental dice todo esto pero ¿no le parece un poco catastrófico y pesimista?
Puede ser pesimista, pero es lo que es. Los datos hablan por sí solos, y desde le punto de vista financiero, es muy grave lo que está pasando. En la última mitad del siglo pasado, los índices de natalidad han descendido en el mundo un 50%. No es lo mismo en el norte de África o en Asia, regiones donde no se ha notado tanto este descenso pero, visto en global, es grave. Concretamente Europa, hoy por hoy, está sobreviviendo por la inmigración.
Bueno, la historia del continente ha ido cambiando.
Sí. Europa será musulmana, y ya está. De hecho, algunos ya hablan de una especie de reconquista silenciosa. Es verdad que la población está aumentado pero, gracias a que la gente muere más tarde y, también, a la inmigración. Y eso, no durará toda la vida.
Quizás toda la inmigración está más en Europa que en España, ¿no?
Te invito a ver las estadísticas. En España, las nacionalidades inmigrantes más presentes son la marroquí y la rumana. Sólo en tercer lugar están los latinos, con Ecuador. Y piensa que, de todos éstos, son los musulmanes los que tienen más hijos. En países como Inglaterra, la inmigración es más “productiva”: se pone a trabajar y mejora la economía general. Pero, aquí, muchas veces no: la productividad baja y el coste público aumenta porque los que gobiernan son socialistas… y todo lo que tiene carga social, hay que tenerlo en cuanta.
¿Cómo ve, entonces, el futuro de España?
Tal como están las cosas, y parece que seguirán, España no se puede sostener. Tienen un problema muy serio y más por esa importancia que se da a todo lo que sea social. En Estados Unidos, lo pagas tú. Aquí, es el que tiene que pagar y, va a ser éste el que pague la “semanada”, no los padres. Y llegará un momento, en que tendrá que pagar mucho más de lo que tiene por la falta de quien trabaje, y no podrá. Entonces dirán que ya recibirán inversiones del extranjero pero ¡el extranjero estará en la misma situación! Esto lo ven todos los economistas serios y realmente es un problema.
…que, a veces, algunos no parece que quieran ver.
Efectivamente. El político ve a corto plazo; piensa en el mañana, no en el venidero. Usa parches. Es más fácil hacer política de parches que pensar en algo lejano. Es lo que ha paso en China: 2015, la población que trabaja comenzará a decrecer y ¿quién va a inmigrar ese país?
Parece lógico, entonces, que los gobiernos tendrían que dar prioridad a las políticas que fomenten familias con más hijos.
Claro. Pero el tema es que hay intereses que mueven muchísimo dinero. Yo lo llamo un “matrimonio a tres bandas”: los políticos (que legislan), las farmacéuticas (que mueven el dinero), y las feministas (la ideología). Hace ocho o nueve años hice un estudio sobre los países que más promovían el control de la natalidad. ¿Sabes cuáles eran?… Inglaterra, Suiza, Suecia… son los que más fármacos producen en este sentido. En la conferencia de El Cairo de 1994, por ejemplo, se decidió destinar, en quince años, 77 mil millones de dólares en preservativos que no es tanto pero, cuando ves que sólo es para nueve compañías, las cosas cambian.
¿Y por qué en Estados Unidos los datos son tan distintos?
Porque el americano es muy práctico. Estados Unidos tiene una natalidad en alza y una pirámide de población no invertida. Ahora tenemos que sobrevivir al baby boom, eso es verdad y, también, es un problema pero la pirámide es saludable, lo contrario de Europa. Los estadounidenses tenemos un problema que es el alto índice divorcios (más que matrimonios) pero tampoco es práctico – es muy caro, crea depresiones en los hijos…-, por lo que, cada vez más, se están realizando más políticas para mantener los matrimonios.
Parece que Hollywood va hacia otro lado.
¡Pero eso no es América! Ten en cuenta que la mayoría no es New York, no es Washington… La mayoría son granjeros que no compran todo esto. Donde influye más es aquí, en Europa. Aunque peor es lo que lleva España al mundo latino: está torturando a América Latina, exportando toda esta ideología contra la familia.
Y ¿cree que ha influido mucho en la construcción de las familias, el acceso de la mujer al mundo laboral?
Sí. Lo que te encuentras es que la mujer sigue poniendo en la casa entre 30 y 40 horas semanales que suman las horas de trabajo. Esto son muchas más horas, más estrés… ¿cómo van a venir los hijos así? Es un problema estructural: la dinámica familiar ha cambiado y pensamos en cada uno por separado pero no solucionamos el problema de los tres (padre, madre, hijo). En Estados Unidos esto está cambiando. La mujer llega a los treinta y ya no quiere trabajar más porque quieren ser madres. Pero, además, como ya están entrenadas se quedan en casa y trabajan des ahí: hacen consulting, se ponen de acuerdo entre varias… A las empresas les sale más barato. Ellas tienen la flexibilidad que quieren y los ingresos vienen del marido. Esto es estar pensando en la familia. De lo contrario, todos están histéricos.
Aquí, esto suena a machismo políticamente incorrecto…
¡No es machismo! Es un hecho que aunque las feministas digan que sí, a la hora de la verdad, el hombre no sabe mantener una casa. I’m sorry! You don’t have what it takes!
Entrevista realizada por Jaume Figa
Publicado en Newsuic.