Entrevista a Carmelo Paradinas: “Las personas mayores están muy solas y desvalidas”.

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Las noticias en la televisión de ancianos que fallecían en casa solos, pasando días hasta que algún vecino o familiar se percatase del hecho, le hicieron pensar a Carmelo en hacer algo por las personas mayores. Fue así cuando decidió entrar como voluntario en la Cruz Roja donde es formador. Este curso, Carmelo Paradinas, abogado,se ha incorporado también como formador voluntario en Universitas, para coordinar la formación del voluntariado e impulsar el proyecto Compartiendo Ilusión de atención a personas solas.

“Las motivaciones para hacerse voluntario pueden ser muy variadas pero la mayoría lo hacen por una manifiesta voluntad de ayudar; si no, no lo harían”. Esta es la conclusión a la que ha llegado Carmelo, en su experiencia como formador en una labor social que hoy, tal y como señala, “tiene sus prioridades en la inmigración, en las personas mayores con una situación angustiosa que cada vez va a más, la infancia en especial la que está en riesgo de exclusión social, y las personas que han caído en las drogas”. Junto a estos grupos, “está empezando también a preocupar las víctimas y familias donde se da violencia doméstica”, añade.

 

A Carmelo, personalmente, quienes más le preocupan son las personas mayores “porque están muy solas y desvalidas” y esta inquietud le ha llevado hasta la coordinación de Compartiendo Ilusión, el proyecto de voluntariado de Universitas, dedicado a la atención de personas mayores, enfermas o en otras circunstancias limitantes, que viven solas. “La primera obligación hacia ellas la tiene el entorno familiar, pero se ven casos trágicos en los que la única visita que reciben es la de un voluntario”, es aquí donde intervienen las ONGs con sus proyectos. Carmelo explica a los voluntarios de una forma muy sencilla cuál es su labor que no es ni la de ser enfermo, médico o de servicio doméstico “es hacer con estas personas solas, los que haríamos con un amigo enfermo que vemos qué necesita pero que él no nos pide”. Es así como el tiempo de compañía puede ser un paseo, un rato de conversación, ayudarle a hacer alguna tarea que no puede hacer solo o cualquier otra necesidad concreta que surja.

Compartiendo Ilusión no quiere descansar este verano y los voluntarios bajo la coordinación de Carmina Segura –y apoyo de Carmelo–, ya se están organizando para atender los casos más extremos.