Mejorando Juntos
Mathilde Gallou
Estudiante Erasmus de 4º curso de Derecho en la Universitat de València. Voluntaria de Mejorando Juntos.
“Como voluntario, uno se siente más útil en una sociedad demasiado individualista”
Mathilde ha venido desde Brest en la Bretaña francesa hasta Valencia para estudiar un curso completo de Derecho. No conocía nuestra ciudad pero había oído hablar de ella y se la habían recomendado para venir. Afirma que le gusta ‘todo’: el clima, la gente, el ambiente y lo bonito de la ciudad.
A través de uno de sus profesores de la Facultad, supo de Universitas y de su voluntariado. “Tenía tiempo libre y me pareció una buena ocasión para convivir con españoles y practicar el idioma” afirma.
En Francia, durante tres años, los fines de semana ha sido voluntaria de una asociación que atiende a jóvenes entre 11 a 14 años. Con ellos organizaban deportes, manualidades, fines de semana y campamentos de verano.
En España, además de la convivencia con otros compañeros, Mathilde valora el sentido del voluntariado en Mejorando Juntos y el compromiso que los jóvenes han de tener con los demás.
¿Cómo estás viviendo el voluntariado en el Hospital La Fe?
La labor que se realiza en La Fe me parece esencial. Ver la sonrisa de los enfermos después de haber estado con ellos es gratificante. No es fácil estar en un hospital encerrado y ver solo médicos y enfermeras. Lo que se oye no son siempre buenas noticias y los pacientes tiene ganas de hablar de otras cosas y ver a gente ajena al equipo médico.
¿Cómo es el voluntariado universitario en tu país?
Los estudiantes franceses también pertenecen a organizaciones de voluntariado. Existen de todo tipo, por ejemplo de atención a niños, a personas indigentes en la calle, a jóvenes o a presos en las cárceles.
¿Crees necesaria estas actividades como parte de la formación? ¿Por qué?
Los actividades de voluntariado son a mi parecer importantes para todos los jóvenes. Se aprende mucho. Te encuentras a personas que necesitan ayuda, necesitan hablar, cualquier cosa que podamos regalarles.
Además ves el mundo de otra manera porque al ser voluntario, ya no buscas tu propio provecho sino satisfacer a los demás. Intentamos ser menos egoístas. Dar un poco de tu tiempo no cuesta nada y haces feliz a ciertas personas.
De esta manera, uno se siente más útil en una sociedad demasiado individualista. En cualquier caso, alguien que hace voluntariado necesariamente crece como persona.